Esta mañana, me he acordado de Carlos, mi ex - jefe. Muchas veces me acuerdo de él ..... ( si él supiera, vamos.... ni se lo imagina). Pero no me acuerdo de él porque fuera un "guaperas", ni nada de eso. Me acuerdo por que me enseñó muchas cosas, y la verdad, es que cuando lo destinaron a Sevilla, dejó en mí una sensación de tristeza bastante grande. Ahora ya han pasado unos años, y de vez en cuando nos enviamos mensajes, preguntándonos que tal nos va la vida. Yo ya me he acoplado a mi nuevo jefe. Pero Carlos, lo tengo presente en mi cabeza muy a menudo.
El confió en mí cuando me ascendieron. Yo pasaba a depender directamente de él, y sabía muy bien, que yo no estaba preparada para ese puesto. También sabía, que además de tener una idea mínima del puesto en el que me pusieron, sabía que mi formación iba a ser cero patatero . Pero yo ya había sido secretaria suya, antes de que a él le ascendieran a gerente, y sabía que soy terca como una mula, que me cuesta aprender, pero una vez que arranco, soy como una locomotora, pero una locomotora del AVE.
Carlos, era una persona crítica, a la vez que sarcástico. Cosa que no a todo el mundo le gustaba. A mi me daba igual, porque al final, lo que hay que tratar es de no estar pensando mal todo el día. Era duro, me exigía exactamente lo mismo, que a la persona que había antes en mi puesto y que sí estaba formada. A él le daba igual que yo no supiera. Sabía que me las iba a apañar para hacer lo que él me pidiera. Aunque era duro y a veces demasiado seco, conmigo siempre tenía una sonrisa. Y cuando me apretaba la cuerda, y yo me equivocaba, la mitad de las veces acababa llorando ( yo, claro), y entonces él me sacaba pañuelos de su cajón para que me limpiara las lágrimas y los mocos ( sí, muy fisna, pero también tengo mocos., como todo el mundo).
Ay, señor.... que paciencia tuvo conmigo. Siempre me decía, que A MEMORIA CORTA, LAPIZ LARGO. Y yo, me apuntaba todo, con tal de no volverme a equivocar. Me costó lágrimas y dolores de estómago continuado, hasta que conseguí hacer las cosas como él quería.
Pero si hay algo que sí me enseñó y se me quedó completamente grabado, es lo que me decía, cuando yo pasaba a contarle algún problema de mi trabajo, o con mi equipo de la oficina. Se ponía muy serio, me miraba con esos ojos que parecían dardos y me decía...." NO VUELVAS A VENIR CON UN PROBLEMA, SI ANTES NO HAS BUSCADO UNA POSIBLE SOLUCION. YO ACEPTARÉ TU SOLUCION O TE DARÉ OTRA, PERO NO VENGAS OTRA VEZ CON PROBLEMAS SIN SOLUCIONAR ".
Pedazo ca- brón..., cuando me decía eso, le habría dado un bofetón. Pero no se lo dí, y su sequedad me hizo aprender. Vamossss!!! que si aprendí !!..... me estrujaba el cerebro para buscar soluciones a cosas que yo creía imposibles de solucionar, y luego se lo decía. Me las veía y me las deseaba para además ... tratar de ser siempre salomónica con las personas a mi cargo. Y cuando quise darme cuenta, yo solita solucionaba mucho mas cosas de lo que él pensaba. El me enseñó, a que las cosas las tengo que hacer solita, y que no vale tanta queja. Cuando se quiere cambiar algo, tenemos que empezar por nosotros mismos.
Y ahora, cuando me acuerdo de él, pienso en lo que me enseñó. Y no solo lo aplico a mi trabajo, sino que trato de aplicarlo también en mi vida personal ( osea, que en vez de quejarme de que me sobran unos kg, mañana me pongo a dieta, porque solos no se van a ir, por obra y gracia del espíritu santo, jajajajajaja).
Fuera de bromas..... cuando me dijo que se iba trasladado, me fui de la oficina llorando ( no lloré delante de él, que conste, aunque me vió la cara, que era un poema). Y si algún día tengo valor, creo que debo darle las gracias.... por haber sido tan paciente conmigo y por haberme enseñado tanto.
Uyyy, si me he emocionado recordándolo. Vaya tela.... Le quería... ( como persona, claro.... no confundamos), aunque en alguna ocasión, no sé ni como es posible, tuve sueños eróticos con él , y no entiendo por qué, porque como hombre no me atraía nada.... Al día siguiente, cuando me llamaba a su despacho, y me tenía que sentar sola con él , me moría de la verguenza, no me atrevía a mirarle a la cara.... parecía que si le miraba, él se iba a dar cuenta de lo que yo había soñado la noche anterior.... que verguenza!!!
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